A un paso de Próxima Centauri: un científico afirma que un nuevo sistema de propulsión basado en protones podría acercarnos a la estrella más cercana al Sol
Un revolucionario sistema de propulsión promete llevarnos más cerca que nunca de Próxima Centauri, abriendo nuevas posibilidades para la exploración interestelar y el futuro de los viajes interestelares.

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Un nuevo enfoque en la propulsión interestelar podría ser la clave para alcanzar Próxima Centauri, la estrella más cercana a nuestro Sol, y abrir nuevas posibilidades para la exploración espacial.
Un científico ha propuesto utilizar un haz de protones de alta energía, una tecnología que podría revolucionar la manera en que concebimos los viajes más allá de nuestro sistema solar. Esta idea, aunque teórica, ofrece una alternativa interesante a los métodos convencionales que han dominado la exploración espacial hasta ahora.
Recientemente, la sonda Voyager 1, que se encuentra a unos 24.500 millones de kilómetros de la Tierra, ha capturado la atención del público al restablecer contacto tras una serie de reparaciones.
A pesar de la impresionante distancia que ha cubierto, esta sonda aún está a una fracción de la distancia que nos separa de Próxima Centauri, unos 40 billones de kilómetros. Viajar hasta allí con la tecnología actual nos tomaría miles de años, lo que hace evidente la necesidad de un nuevo paradigma en la propulsión de naves espaciales.
En este contexto, el grupo experimental NASA Innovative Advanced Concepts (NIAC) de la NASA publicó en 2018 un informe del científico Chris Limbach sobre un sistema de propulsión denominado PROCSIMA, que utiliza un haz de protones para impulsar una nave.
Este concepto no es completamente nuevo, pero ofrece ventajas significativas al separar los subsistemas de potencia y propulsión de la nave, lo que simplifica la dinámica de la misma. Es como lanzar una pelota de béisbol con un bate: todo el trabajo pesado se hace en la Tierra, permitiendo que la nave se desplace sin necesidad de llevar un motor o combustible consigo.
Uno de los mayores desafíos que enfrenta esta tecnología es la difracción del haz de protones, que tiende a dispersarse a lo largo de grandes distancias, reduciendo su efectividad.
Sin embargo, Limbach ha desarrollado una manera de mantener la coherencia del haz a lo largo de billones de kilómetros, lo que podría permitir la propulsión continua de la nave hasta Próxima Centauri.
Cómo el haz de protones de alta energía podría acelerar los viajes a Próxima Centauri

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A diferencia de los métodos convencionales, donde la nave lleva todo lo necesario para su propulsión, este sistema permite que el impulso se genere desde la Tierra. Esto no solo reduce el peso de la nave, sino que también simplifica los cálculos y el diseño de la misma.
Al eliminar la necesidad de llevar combustible, se podría construir una nave más ligera y rápida, capaz de alcanzar velocidades mucho mayores.
Además, este enfoque podría reducir los costos asociados con las misiones espaciales, ya que gran parte de la infraestructura permanecería en la Tierra. La nave solo necesitaría un receptor para el haz de protones, lo que podría hacerla más económica y fácil de lanzar.
A pesar de sus ventajas, el sistema de propulsión por haz de protones no está exento de desafíos. El principal problema es mantener la coherencia del haz a través de distancias extremadamente largas.
Si el haz se dispersa demasiado, la nave perdería impulso y la misión podría fracasar. El científico Chris Limbach y su equipo han estado trabajando en formas de superar este obstáculo, utilizando técnicas avanzadas de óptica y simulación para garantizar que el haz permanezca enfocado.
Otra preocupación es la precisión con la que se debe apuntar el haz. Dada la inmensa distancia hasta Próxima Centauri, incluso un pequeño desvío podría hacer que la nave se pierda en el espacio. Esto requerirá un control extremadamente preciso desde la Tierra, lo que añade otra capa de complejidad a la misión.
Este sistema puede revolucionar el futuro de la exploración espacial

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Si bien este proyecto aún está en una fase teórica, representa un paso significativo hacia la posibilidad de explorar otros sistemas estelares. La idea de que podríamos alcanzar Próxima Centauri en una fracción del tiempo que tomaría con la tecnología actual es emocionante y podría abrir la puerta a la exploración de otros planetas habitables.
Chris Limbach concluye que su trabajo no ha encontrado obstáculos insuperables, sino áreas que necesitan más investigación. A medida que la humanidad continúe mirando hacia las estrellas, estos estudios podrían convertirse en la base para las futuras misiones interestelares, acercándonos cada vez más a la posibilidad de viajar a otros mundos.
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Etiquetas: NASA, astronomía