¿Cómo afectaría la vida en Marte al cuerpo humano? Un estudio asombra con los resultados
La colonización de Marte es un desafío no solo tecnológico, sino también biológico. La adaptación a un planeta con condiciones tan diferentes a las de la Tierra podría llevar a cambios significativos en el cuerpo humano, creando una nueva rama de nuestra especie.

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La posibilidad de vivir en Marte, impulsada por proyectos como los de Elon Musk, está más cerca de convertirse en realidad, pero ¿cómo afectaría la vida en el planeta rojo al cuerpo humano?
Un estudio reciente revela que las condiciones marcianas podrían desencadenar una serie de transformaciones biológicas significativas en los habitantes futuros, llevando a una adaptación sin precedentes en la historia humana.
La gravedad en Marte es aproximadamente un 38% de la terrestre, lo que podría tener profundos efectos sobre la fisiología humana. Según expertos, los primeros humanos en Marte experimentarían cambios notables en su cuerpo.
Uno de los más evidentes sería la elongación de la columna vertebral debido a la menor presión gravitacional, lo que resultaría en una altura superior a la habitual en la Tierra. Este fenómeno ya se observa en los astronautas que pasan largos periodos en microgravedad, pero en Marte podría ser una característica permanente para sus habitantes.
Además, la distribución de la grasa corporal también se vería afectada, con un posible aumento de acumulación en ciertas áreas, lo que daría lugar a un aspecto físico diferente. La menor gravedad influiría en la postura y la forma en que los humanos se mueven, alterando incluso la estructura ósea a lo largo del tiempo.
Generaciones marcianas: más altos y con rostros diferentes

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Las generaciones que nazcan y crezcan en Marte podrían ser aún más distintas. Según Kyle Zagrodzky, fundador de OsteoStrong, los niños nacidos en Marte podrían desarrollar extremidades más largas y rostros más hinchados, debido a la adaptación de sus cuerpos a la baja gravedad desde el nacimiento.
Además, es probable que estos humanos sean más pálidos que los terrestres, dado que la exposición al sol en Marte es menor y la radiación cósmica es más intensa.
El desarrollo óseo y muscular se vería comprometido en un entorno con menos gravedad, lo que haría que los marcianos fueran físicamente más débiles en comparación con los humanos en la Tierra. Estas adaptaciones podrían dar lugar a una nueva variante humana, con características físicas y biológicas específicas para sobrevivir en Marte.
La vida en Marte no solo traería cambios físicos, sino que también presentaría nuevos desafíos para la salud. La exposición prolongada a la radiación cósmica, que en Marte es mucho mayor debido a la falta de una atmósfera densa, podría aumentar el riesgo de cáncer y otras enfermedades.
Asimismo, la alteración en la gravedad podría afectar la circulación sanguínea y la regulación del azúcar en la sangre, lo que llevaría a un mayor riesgo de enfermedades como la diabetes tipo 2.
Además, la adaptación al entorno marciano podría generar problemas de equilibrio y coordinación, ya que el oído interno y el sentido del equilibrio se ajustarían a la nueva gravedad. Estos cambios afectarían la movilidad y la capacidad de realizar tareas cotidianas, tanto en Marte como en un eventual regreso a la Tierra.
A largo plazo, estos cambios podrían dar lugar a una nueva forma de ser humano, adaptada exclusivamente a las condiciones de Marte. Esta evolución podría incluir mutaciones genéticas o cambios epigenéticos que se transmitan a las siguientes generaciones, creando una especie de humanos marcianos distinta a la de la Tierra.
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